El pasado viernes 23 de octubre, el presidente Alberto Fernández junto a una íntima comitiva arribó a la provincia de Misiones y la crónica periodística del día señalaba una agenda bastante acotada y de escasa relevancia en relación a una visita presidencial. Ni la inauguración de una ruta provincial de pocos kilómetros que une dos localidades chicas del interior misionero, ni la inauguración parcial de un centro médico asistencial que recién va a estar concluido el año próximo, ni mucho menos los acuerdos firmados en riguroso protocolo, parecen justificar la visita. Mientras tanto, la mirada del periodismo centralista porteño puso el eje en situar a Misiones como telón y ejemplo del manejo de la pandemia que le permitió al gobierno nacional salirse de la estrategia comunicacional de las filminas o de la mesa con Gobernadores para justificar una extensión de las restricciones, debido al número sostenido de casos registrados de covid-19.
Todo eso señalado por la prensa es cierto, pero no muestra o algunos no prefieren mostrar, lo mas relevante de la visita del Presidente a Misiones y es la concreción del primer paso de un anhelo histórico: ser una zona de tratamiento diferencial impositivo.
Esa medida lejos de ser una prebenda a un gobierno provincial aliado, delata una mirada geopolítica y geoeconómica del gobierno nacional que pone a Misiones como lo que es, una cuña en el corazón del Mercosur, rodeada de millones de consumidores y la base logística más próxima al conglomerado industrial brasilero y sus puertos. Misiones y sus 1200 kilómetros de frontera siempre fueron vistas como un problema por donde el contrabando era moneda corriente, con esta medida, la Nación ganó 1200 kilómetros de oportunidades para captar divisar y atraer inversiones.
Aunque suene cruel, los números justifican plenamente los dichos del Gobernador misionero en la conferencia de prensa junto al Presidente cuando señaló que “para los misioneros la pandemia representó una oportunidad”, es que pese a la extinción de la industria turística en Iguazú y la lógica baja de la actividad económica por la pandemia que se registra no solo en el país sino en el mundo, Misiones registró un llamativo crecimiento que se basa en que el cierre de sus fronteras y lo que le permitió detener una fuga millonaria de recursos y que estos circulen dentro de los límites nacionales.
Para expresarlo en números: $10.000.000.000 fue el incremento registrado interanualmente en ventas según la agencia tributaria provincial, esta cifra impresionante no es el objetivo a mantener con esta nueva zona tributaria especial para Misiones, sino es una base, un ejemplo alentador que llevó a las autoridades nacionales a incluirlo en la Ley de presupuesto 2021.
Pero hay algo que esta por encima de la economía y es la política, esta inclusión en la Ley de presupuesto en simultáneo a la presencia de Alberto Fernández en Misiones, no fue producto de una cuenta fiscal sino de una visión que el Presidente tiene sobre cómo se construye la gobernabilidad.
Misiones no es territorio propio para el Frente de Todos, pese a que en la última elección obtuvo un triunfo para los cargos nacionales, cualquier lector conocedor de la realidad provincial sabe que el predominio territorial del partido provincial que gobierna Misiones desde hace 17 años bajo la conducción del ex- gobernador Carlos Rovira, va a mantener un número de Diputados Nacionales determinante el año próximo en una Cámara con una mayoría tan ajustada, como necesaria.
El 2021, será un año clave. Para el gobierno nacional es un todo o nada y para Misiones, con esta conquista, puede ser la primera hoja de una nueva y venturosa historia.
Mario D'Arpino
Director LRA19 RNPuerto Iguazú
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