Cada año otorga premios a científicos y científicas que trabajan en temas relacionados a las ciencias naturales y, este año, el reconocimiento fue para la Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC) en la categoría Medalla Linneana por su trayectoria a nivel mundial, su legado a las ciencias naturales y por su trabajo en la línea de investigación sobre la biodiversidad funcional de plantas y cómo reaccionan ante cambios ambientales y afectan a otros organismos.
Sandra Díaz explicó que su especialidad de trabajo es "con la ecología", es decir, “la relación entre los seres vivos, entre los seres vivos y el ambiente no vivo y entre los seres vivos no humanos y humanos”.
Valoró la obtención del reconocimiento que le fue brindado y, en ese sentido, indicó que “me parece importante este premio" porque la Sociedad Linneana "no hace divisiones estrictas entre las ciencias e intenta una comprensión más global de la naturaleza”.
Respecto a su trabajo científico cotidiano precisó que “pasamos muchas horas midiendo plantas, en el laboratorio haciendo análisis y en la computadora, charlando y entrevistando gente” y valoró que los resultados de su labor “procuran contribuir a la generación de políticas públicas”.
Al respecto, Díaz dio cuenta del trabajo realizado en “la defensa de los espacios verdes urbanos de acceso público que son extremadamente importantes para la salud física y mental de la gente que vive en la ciudad”.
En ese sentido, la investigadora y docente reveló la existencia de “evidencias nuevas” que demuestran que “el tener un contacto cotidiano con un cachito de naturaleza contribuye significativamente a la salud física y mental, es un derecho de la gente”.
“La evidencia científica es abrumadora; cuando se avanza sobre el espacio verde en torno a la gente y se le quita acceso, se vulneran derechos además de preferencias”, advirtió.
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