murió a los 93 años

Lalo Schifrin, uno de los músicos argentinos más premiados de Hollywood

El músico argentino Lalo Schifrin fue autor de más de 100 piezas musicales para películas, y su estilo innovador le valió reconocimiento por fusionar el jazz con el sonido sinfónico, logrando un sello distintivo, y ser un referente indiscutido en Hollywood.

"La misión de un compositor es encontrar el sonido de una película y construir una partitura en torno a él", declaró a la revista Les Inrockuptibles en 2001.

A lo largo de su carrera, trabajó junto a figuras como Clint Eastwood, Steve McQueen, Bruce Lee y Jerry Fielding.

Dejó una huella indeleble en el cine de acción estadounidense de los años 1960 y 1970, y se labró un nombre entre los grandes con seis nominaciones a los Premios de la Academia.

En 2018, la Academia de Hollywood le otorgó un Oscar honorífico en reconocimiento a su trayectoria, después de seis nominaciones previas sin victoria.

También recibió cuatro premios Grammy y fue nominado en múltiples oportunidades a los Globo de Oro y los Emmy.

Nacido en Buenos Aires el 21 de junio de 1932 en el seno de una familia de emigrantes judíos procedentes de Rusia, Boris Claudio "Lalo" Schifrin estudió en el Conservatorio Nacional de Música.

Animado por su padre, primer violinista de la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires, aprendió a tocar el piano desde muy joven.

Gran conocedor de la música clásica, se apasionó por el jazz con Thelonious Monk y Charlie Parker.

Después descubrió el cine estadounidense con George Gershwin, cuya "Rhapsody in Blue" escuchó a los 14 años.

En 1953 obtuvo una beca en el Conservatorio Nacional de Música de París, donde perfeccionó sus conocimientos de la música sinfónica del siglo XX y su gusto por las conexiones entre sonidos e imágenes.

De vuelta a Argentina, se fijó en el trompetista Dizzy Gillespie, para quien escribió los arreglos de "Gillespiana".

El realizador francés René Clément lo llamó para trabajar en "Les Félins" (1964), protagonizada por Alain Delon y Jane Fonda.

De lo trágico a lo burlesco, de armonía a disonancia, su partitura equilibraba el jazz, la música sinfónica y la música surf, derivada del rock and roll que surgió en la década de 1960 en California.

Se estableció en Hollywood, donde conoció al productor de televisión Bruce Geller, quien le encargó su partitura más famosa para la serie de televisión "Misión imposible" (1966), que le valió al compositor dos de sus cuatro premios Grammy.

En 1968, completó las bandas sonoras de “El Zorro”, "Bullitt", “Harry el sucio”, “Operación Dragón” y “El juego de la muerte”.

El compositor entró en los hogares de la mano de la televisión, y sus partituras quedaron impresas en toda una generación.

Schifrin deja un legado imborrable para la música de cine y televisión, con un estilo que influyó a generaciones de compositores; y su obra continúa sonando en pantallas de todo el mundo.