100 años de las huelgas patagónicas SANTA CRUZ

“Las Putas de San Julián” cerró su gira provincial en Río Turbio

La obra teatral recupera la historia de un grupo de trabajadoras sexuales  -”pupilas” para la época- , que se convirtieron en un ícono de resistencia al negarse a brindar sus servicios a los soldados represores de los hechos ocurridos entre 1920 y 1922, conocidos como La Patagonia Trágica.

Tras la crisis económica que dejó la Primera Guerra Mundial, los estancieros, patrones de la producción, respondieron con una serie de despidos masivos y minimizando -aún más- las condiciones laborales de los peones rurales de la provincia. Ante esta situación, los trabajadores organizaron distintas huelgas a lo largo y ancho del territorio provincial, que fueron cobrando fuerza con la intervención de agrupaciones anarcosindicalistas.

Bajo mandato del entonces presidente Hipólito Yrigoyen, el teniente coronel Héctor Benigno Varela comandó tropas del Ejército para reprimir a los trabajadores, culminando con el fusilamiento de más de 1500 peones de toda la provincia de Santa Cruz. 

La obra “Las Putas de San Julián” se basa en la investigación de Osvaldo Bayer, tomando como escenario central el prostíbulo “La Catalana” de aquella localidad. Es en este lugar donde las protagonistas, al grito de “con asesinos no nos acostamos”, se convierten en símbolo de ética y resistencia, negándose a trabajar para Varela y su tropa, quienes con las manos manchadas de sangre pretendían buscar en ellas una suerte de premio.

Una vez finalizada la presentación en el auditorio de la UNPA Río Turbio durante la noche del pasado sábado, Rubén Mosquera, director de la obra brindó unas palabras de cierre en comunicación con Radio Nacional. Destacó la puesta en valor de la historia y cómo aún cien años después continúa vigente la imposición machista por sobre la voluntad de las mujeres: “aquí queda claro que cuando ellas dicen no, es no”, expresó. 

Además, expuso que algo que a nivel personal le “impactó” sobre estos hechos es que “no son mujeres intelectualizadas ni politizadas”. “Son mujeres que en un estado cotidiano, en una situación cotidiana, terminan dándole una solución extraordinaria a lo que está ocurriendo sobre sus cuerpos. Eso me parece importante”, finalizó.