Buscó un destino en el sur y así llegó a Gallegos para luego radicarse -1980- en la capital fueguina.
En Ushuaia comprobó los efectos del progreso: junto al trabajo creciente para miles de migrantes existía la señal evidente que pronto el tiempo se llevaría todo por delante, entonces encaró una tarea de investigación, de tomar conciencia sobre las raíces del ayer, y luchar por la preservación de su arquitectura.
Producto de esta labor, que lo situó tanto en la esfera pública como en la privada, está en sus libros, y los proyectos que llevó adelante, en la cotidiana labor en la que se ha embarcado –pese a estar ya jubilado- visitando escuelas, desarrollando espacios televisivos, articulando acciones con el Museo Marítimo que funciona en el ámbito del antiguo Presidio.
En una llamada telefónica quisimos condensar ese andar por este sur, ese fue nuestro norte…
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