La práctica de ejercicios matemáticos y la resolución de problemas vinculados a la lógica tienen múltiples beneficios para la mente de las personas, como aumentar su capacidad en la toma de decisiones y estimular áreas clave del cerebro relacionadas con la memoria y el razonamiento.
Para concentrarse y enfocar
Los beneficios de la práctica de cálculos matemáticos fueron difundidos a través de un estudio de la Universidad de Princeton publicado en el Journal of Neuroscience que destaca, además, que estos ejercicios ayudan al incremento de la concentración y a lograr un mejor enfoque de los problemas a resolver.
"Resolver problemas matemáticos exige atención sostenida, lo que mejora la capacidad de concentrarse en tareas complejas durante más tiempo", subraya el trabajo científico.
Para cuantificar y abstraer
La investigadora en salud del Conicet y jefa de Neuropsicología en adultos de Fleni, Lucía Crivelli, señaló que "la práctica de la matemática no solo activa áreas específicas del cerebro encargadas del procesamiento numérico y aritmético, como el surco intraparietal, sino que también estimula significativamente la percepción espacial y la habilidad para cuantificar".
"El aprendizaje matemático mejora la habilidad para manipular conceptos abstractos, fomenta un pensamiento lógico y crítico y moldea el entendimiento del mundo, por lo que se puede decir que las matemáticas moldean la forma en que percibimos el entorno que nos rodea", agregó Crivelli.
Para decidir y memorizar mejor
La investigación publicada en el Journal of Neuroscience puntualizó que los cálculos matemáticos "logran una mayor estimulación cerebral, amplían la plasticidad neuronal y activan distintas áreas del cerebro, lo que fortalece las conexiones neuronales".
Además, revela que la práctica frecuente de ejercicios matemáticos "agiliza la capacidad de procesar información y de tomar decisiones, tanto en los cálculos aritméticos como en situaciones de la vida cotidiana".
"Realizar cálculos mentales refuerza la memoria de trabajo, permite retener y manipular información de manera eficiente y a lo largo del tiempo también mejora la memoria a largo plazo", remarca el estudio de la Universidad de Princeton.
Por último, confirma la idea de que esta práctica "fomenta un enfoque estructurado y lógico para abordar problemas, una habilidad clave tanto en el ámbito personal como profesional" y que también "puede retrasar el deterioro cognitivo relacionado con la edad, lo que ayuda a prevenir enfermedades como el Alzheimer y la demencia".
