Como hace cada año en el día de Nochebuena, el presidente Mauricio Macri visitó el comedor comunitario Los Piletones, que dirige Margarita Barrientos en el barrio porteño de Villa Soldati, acompañado de la primera dama, Juliana Awada, de su hija más pequeña, Antonia, y de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
Un helicóptero los trasladó hasta Villa Soldati, pero al barrio llegaron en auto a las 10, tal como estaba previsto, para desayunar con Barrientos en el centro comunitario donde todos los días acuden por un plato de comida 2.100 personas, de los cuales 960 son niños.
"Vengo como siempre, todos los años, ya son 11 ó 12 años que venimos acá el 24, y espero que nada cambie", dijo el Presidente al abandonar el comedor, en el único contacto con la prensa que aceptó, en el que deseó a los argentinos "juntar fuerzas" para encarar con optimismo el año que comienza.
“Que tengamos todos una feliz Navidad, en paz. Juntemos fuerzas para empezar juntos el año que viene”, enfatizó.
La llegada de Macri fue precedida por un operativo de seguridad que comenzó anoche con efectivos de Gendarmería, que reforzaron la guardia en el lugar.
Macri, su esposa -con Antonia alzada- y la ministra Stanley caminaron por las estrechas calles que conducen a Plumerillo 3995, donde está el comedor de Barrientos, que se destaca por su colorida fachada con dibujos del artista plástico Milo Lockett.
Barrientos los recibió y caminó con ellos los cien metros que llevan desde la entrada, donde estaba estacionado el auto que los trasladó, hasta la puerta del comedor.
Puertas adentro de Los Piletones, los esperaban "empanaditas, gaseosa y jugo", según contó Barrientos en dialogo con la prensa al concluir el encuentro que se prolongó por más de una hora.
"No hablamos de la política, hablamos de hijos y nietos. Hace 20 años que nos conocemos, desde cuando era presidente de Boca y venía acá visitarnos. Incluso ha venido con el hijo a recorrer la villa, y siempre fue bien recibido, con mucho respeto", dijo Barrientos respecto a Macri
"Lo mantenemos como una cábala", agregó.
Dijo que lo vio "muy distendido" y "más tranquilo", que conversaron y que rieron de anécdotas, y que coincidieron en que tenían "esperanza en el 2018", sobre todo de que "haya más trabajo" y menos gente tenga que acudir a los comedores comunitarios como Los Piletones, fundado por Barrientos en 1996.
"Hace falta que la gente no viva de los planes", dijo, y recordó que ella muchas veces no tuvo trabajo y siempre se las ingenió "para tenerlo".
Respecto a los incidentes dijo que hablaron "muy poco", pero que coincidieron en que "la mala política sigue dividiendo" y que eso "no lleva a mejorar".
Barrientos también señaló que la situación en el comedor es "estable", es decir que no hay más gente que esté yendo a buscar comida y que, por el contrario, hay muchas familias que "han conseguido trabajo en las obras del parque Indoamericano", y otras de la zona de Villa Soldati.
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