El presidente de Brasil, Michel Temer, afirmó que no renunciará al cargo, y negó haber avalado el pago de sobornos, durante un pronunciamiento que hizo en el Palacio del Planalto. "No renunciaré; repito, no renunciaré", indicó Temer, quien clamó su inocencia frente a la grabación que le realizó el delator Joesley Batista, dueño de la empresa frigorífica JBS.
Temer rechazó haber avalado los sobornos que Batista dijo pagarle al ex diputado Eduardo Cunha, condenado a 15 años de prisión por corrupción y cerebro del juicio político contra Dilma Rousseff, para comprar su silencio. "Escuché el relato de un empresario que dijo que auxiliaba a la familia del ex parlamentario. En ningún momento compré el silencio de nadie. No le temo a ninguna delación. No necesito un cargo o fueros; siempre honré mi nombre", dijo Temer.
El Presidente calificó las escuchas autorizadas por el Supremo Tribunal Federal como "pruebas clandestinas" e informó que pidió el acceso a los audios que fueron grabados el mes pasado.
En medio de la salida de varios aliados de su base parlamentaria, Temer dijo que "no se puede tirar al tacho de basura de la historia tanto trabajo" para enfrentar la recesión. "Vivimos esta semana el mejor y el peor momento del gobierno", remarcó el mandatario, y citó datos del crecimiento económico y la inflación.
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