La noche del 9 de marzo de 2021 un incendio devastador arrasó con alrededor de 13.000 hectáreas en Lago Puelo y El Hoyo, dejó víctimas fatales, casas y emprendimientos productivos destruidos.

Ocho horas necesitó la tormenta de fuego para destruirlo todo a su paso antes que las lluvias lograran frenar la expansión del incendio. Según datos oficiales, 620 familias de las localidades de Lago Puelo y El Hoyo, en Chubut, perdieron su casa, 41 familias sufrieron daños parciales. Más de 1.580 personas resultaron damnificadas, entre ellas unas 30 mujeres a cargo de niños y niñas, 98 adultos mayores y 27 personas con alguna discapacidad.

Se trató, en cuanto a población afectada, uno de los incendios más destructivos de la historia argentina dejando al descubierto el conjunto de problemas estructurales de arrastre que atraviesa a la Comarca Andina, como en otros lugares.

La falta de planificación urbana y la proliferación de asentamientos irregulares producto de la inacción de los gobiernos y la especulación inmobiliaria hace imposible el acceso a la vivienda para miles de familias. Esas ocupaciones, en áreas fiscales boscosas, constituyen zonas de interfase donde las viviendas están expuestas al riesgo de incendios.

A dos años del incendio, Néstor Vidal, hoy ex Subsecretario de Producción de la Municipalidad de Lago Puelo, repasa la respuesta del Estado, el rol que le cupo al municipio, la construcción de los módulos de emergencia, las dificultades para atender la emergencia y las respuestas a las demandas de la comunidad.

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