Una segunda supuesta víctima del cura Emilio Lamas se animó a hablar públicamente de la violación que sufrió a principios de la década de 1990. Se trata de Carla Morales, una mujer trans que en el momento de los hechos era un niño de 13 años, activo partícipe de las actividades que organizaba la Iglesia en Rosario de Lerma.
En diálogo con la Radio de Todos, Morales contó que su familia tenía depositada la confianza en el cura Lamas al momento en que ocurrieron los hechos. Dijo también que la denuncia ya fue realizada ante un tribunal eclesiástico, aunque jamás tuvo respuestas.
"Tuve que exiliarme, para mí fue un exilio tener que irme de mi lugar porque sabía que además como persona trans no iba a poder realizarme, hasta que pude visualizar, luego de más de 11 años, ese abuso contra mí, contra mi cuerpo", dijo y agregó que la militancia LGBTIQ le abrió puertas para salir adelante y que ahora pide la separación de la Iglesia del Estado.