Corría 1984. Un cine teatro Roma desbordante aguardaba la presencia del gobernador de La Rioja, Carlos Saúl Menem. El hombre atraía en lo personal y en lo político. Respecto de lo primero, tenía el look del caudillo y comprovinciano Juan Facundo Quiroga, El Tigre de los Llanos: largas melenas y patillas. En lo político contaba con una gran adhesión de dirigentes y simpatizantes peronistas: no había pasado tanto tiempo desde que, en 1973, comenzaba su primer mandato gobernando La Rioja. El apoyo tenía expresión en el folclore justicialista: parches de bombos sonando y banderas agitadas por entusiastas Compañeros que ocupaban la vereda y parte de la Avenida Hipólito Yrigoyen.
Eran los primeros tiempos de la Democracia. Había mucho por hacer, entre otras cosas buscar un pacto que resolviera de modo adecuado la relación Nación – Provincias en materia de Coparticipación Federal (un tema recurrente). Eso abordaría justamente Menem.
Por espacio de aproximadamente una hora, cada remate del mandatario riojano recibía fuertes aplausos. Era convincente.
Tras la exposición, sobre el escenario dio una improvisada conferencia de prensa; los periodistas querían su opinión sobre otros temas. Dominaba la escena el período de facto (1976/1983). Además de las obvias referencias a la represión (de la cuál fue víctima), desaparecidos y rol de los militares en la democracia, Menem hacía referencia “a la plata que se robaron, una de las causas que llevaron la deuda externa argentina de 10.000 a 30.000 millones de Dólares”. Sus críticas eran muy duras. Solo dudó cuando un hombre de prensa la preguntó ¿Y por qué no están procesados, presos? Su respuesta fue escueta: “Es que la hicieron muy bien”, dijo, y rápidamente salió del tema.
Mientras cruzaba la avenida hacia los estudios de esta radio, para poner en el aire lo grabado en un cassette, el periodista se preguntaba “¿Qué es hacerla bien? ¡Tantas leyes (demasiadas) y tantos jueces para nada!”. También recordaba que cada vez que se hacía público un hecho de corrupción su padre sentenciaba: “En éste país nadie va preso”.
Presente. Julio De Vido está encarcelado. Parafraseando a Carlos Saúl Menem, no la hizo muy bien. Recordando el pensamiento del periodista, actuaron los magistrados aplicando las leyes. Quienes valoran la justicia preferirán quedarse con esto último.
Por Roberto A. Bravo
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