En las últimas horas, Janet Artero se convirtió en héroe. La mujer policía estaba en la Comisaría 38 del Barrio Lavalle, cuando una abuela y una madre desesperadas llegaron con un bebé en brazos, desvanecido y sin respirar a pedir auxilio. La jóven de apenas 25 años y seis revistiendo en la fuerza, no lo dudó.
Tomó la criatura y se subió al móvil con un compañero que conducía, otro efectivo que la ayudó y la madre del pequeño de apenas un años y seis meses.
"Mi compañero me alumbraba con una linterna y yo le fui haciendo reanimación hasta que una cuadra y media antes de llegar al hospital empezó a respirar, le dí un chirlito en la cola y se largó a llorar", contó la policía a Nacional Viedma.
"Ya no sabíamos que más hacer, eran muchas cuadras y la mamá iba al lado mío desesperada; fue fuerte, pero gracias a Dios salió todo bien", relató todavía emocionada por lo que le tocó vivir el lunes último.
Contó además que hizo el curso de Policía en Sierra Grande y tuvo un conocimiento "por arriba" de técnicas de reanimación, pero sí pudo aprender algo en la escuela.
"Ayer fui a ver al bebé al Hospital y ya estaba jugando", dijo Janet, quien hace seis años que es policía y por primera vez le toco una experiencia de estas características.
Recién cuando dejó al pequeño en manos de los profesionales del hospital cayó en la cuenta de lo ocurrido y se puso a llorar. "Lo conocía del barrio y a la mamá también", dijo la mujer que el lunes fue protagonista de una situación heroica.