“Por una cabeza” es uno de los tangos más populares a nivel internacional, en especial, después de que fuera parte central en la película “Perfume de Mujer” que en los ’90 protagonizó Al Pacino, y por la cual ganó su único Oscar. Este tango es quizás una de las mejores creaciones de la dupla de Carlos Gardel (autor de la música) y Alfredo Le Pera (autor de la letra), y fue compuesto en Nueva York, en 1935. La versión original fue grabada por Gardel en su última película “Tango-Bar”.
Gardel murió junto con Alfredo Le Pera en un accidente en avión ese mismo año, tres meses después, en Medellín (Colombia), en donde se encontraba de gira. Debido a que ambos autores fallecieron en esa fecha, y después de pasados 72 años del hecho, la ley argentina sostuvo que la composición ya es de dominio universal.
Este tango es quizás uno de los más versionados a nivel mundial y por todos los estilos, desde el rock de Andrés Calamaro hasta el pop-lírico internacional de Andrea Bocelli.
También es banda de sonido de muchísimas películas internacionales.
La letra hace referencia a las carreras de caballos, de las que Gardel era fanático. “Por una cabeza” es, en la jerga del Río de la Plata, una expresión hípica para señalar cuando un caballo gana la carrera de modo ajustado, reñido.
Al mismo tiempo, la letra acompaña la analogía de la carrera con la apuesta por el amor de una mujer en quien confía, con la cual se entusiasma pero que le rompe el corazón. Tanto con el juego de imágenes entre lo hípico y el amor sensual, la letra alude a la certeza de que en ambas apuestas, siempre irá a perdedor tal como dice la primera parte de la canción, en este caso en versión del rockero argentino Andrés Calamaro.
///Por una cabeza/de un noble potrillo
que justo en la raya/afloja al llegar,
y que al regresar/parece decir:
no olvidés, hermano,/vos sabés, no hay que jugar.
Por una cabeza,/metejón de un día
de aquella coqueta/y risueña mujer,
que al jurar sonriendo/el amor que está mintiendo,
quema en una hoguera/todo mi querer (…)///
La canción fue el leiv motiv de la película "Tango bar" que fue estrenada en el cine “Suipacha” (hoy desaparecido) de la ciudad de Buenos Aires. Hay quienes interpretaron que en la letra de este tango se esconde un clima de desilusión, una angustia de la que el protagonista que canta es consciente pero de la que al mismo tiempo, no puede escapar pese a las promesas que se realiza. Promesas que en forma compulsiva descarta, tanto en las apuestas hípicas como en el amor mentido.
En esta tercera parte de la letra hay referencias de lunfardo al hablar de “timba” (el juego, las apuestas) o “pingo” (un caballo), como en esta tercera parte de la letra, en la versión en tiempo de reggae del grupo argentino Los Pericos
/// Cuántos desengaños,/por una cabeza.
Yo juré mil veces,/no vuelvo a insistir.
Pero si un mirar/me hiere al pasar,
su boca de fuego/otra vez quiero besar.
Basta de carreras,/se acabó la timba.
¡Un final reñido/yo no vuelvo a ver!
Pero si algún pingo/ llega a ser fija el domingo,
yo me juego entero./¡¿Qué le voy a hacer?!(…)///
En la versión original de 1935, hay un coro que a modo de las tragedias griegas, repite la parte de la letra en donde Gardel de manera explícita relaciona no poder sostener su promesa racional función de una de sus dos pasiones.
En esta encrucijada, Gardel asume que irá a perdedor ya sea en su apuesta por un caballo o en un amor que pensó verdadero pese a sus promesas de no apostar ni enamorarse:
///Por una cabeza,/todas las locuras./Su boca que besa,/borra la tristeza,/calma la amargura.//Por una cabeza,/si ella me olvida/¿qué importa perderme/mil veces la vida?,/¿para qué vivir? (…)///.
Producción: Silvana Avellaneda
Web: Julián Cortéz