Hoy arrancó formalmente en todo el territorio nacional la campaña electoral para las PASO del 13 de agosto.

Dentro de diez días, comenzaremos a ver y escuchar la publicidad a través de los distintos medios que integran los Servicios de Comunicación Audiovisual, correspondiente a los espacios oportunamente distribuidos.

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Se acrecentará (porque en realidad ya existe) la presencia de candidatos en los medios. Cámaras, micrófonos, flashes y grabadores les serán útiles para potenciar sus vínculos con el electorado.

Por otro lado (o por el mismo) los medios no solo tienen contenidos para sus propuestas periodísticas (y hasta artístico-faradulescas); también recibirán importantes pautas publicitarias (mejor dicho, pautas de propaganda).

En otro escenario, los ciudadanos. Algunos (¿los menos?) atrapados por debates y cruces que pueden ser tan productivos como estériles. Otros sintiendo la saturación del primer semestre de “un año político” pero conformándose porque, a diferencia de 2015, irán a votar solamente dos veces.

Y ya se escuchan frases hechas como “Mejor Malo conocido que Bueno por Conocer”. Suena a contradicción; es la propia gente la que reclama que la política eleve el nivel.

En las elecciones de medio tiempo se ponen en juego bancas de Concejos Deliberantes, Legislaturas y Parlamento y desde ese lugar solo se presentan proyectos que pueden o no tener o sanción. Eso porque las verdaderas políticas son decididas por los ejecutivos.

 El análisis político le asigna suma importancia a las Paso de agosto y a las generales de octubre: advierte que algunos gobiernos necesitan sumar poder a su gestión para gobernar el segundo tiempo de sus mandatos.

Es que una cosa es gobernar y otra tener poder. La política siempre se encargó de una diferenciación. ¿Se acuerdan lo de “Cámpora al gobierno, Perón al Poder” del ´73?

Claro que tampoco un resultado garantizará lo que puede pasar cuando, dentro de un par de años, votemos para elegir presidente, gobernadores e intendente. Si para muestra basta un botón, en 2009 la entonces oposición ganó las elecciones de medio tiempo pero, en 2011, Cristina Fernández fue reelecta nada menos que con el 53,7% de los votos.

La campaña está en marcha. Ojalá estén a la altura de las circunstancias los malos conocidos, los buenos por conocer y, fundamentalmente, el electorado.

Por Roberto A. Bravo