COLUMNA DE OPINIÓN

Qué realmente estas fiestas sean felices

Días febriles. Andamos “A cien”. De aquí para allá venerando al consumismo que, desde hace años, incorporó regalos (para propios y extraños) en Navidad. Antes, excepto Alguna Cosita, entre los grandes no se obsequiaban y para los chicos venían los Reyes.

 

Ese querer ganarle al tiempo tiene otras expresiones; por caso, la velocidad. El rugido de motores se hace sentir y calles, avenidas y rutas se convierten en autopistas. De noche, ni hablar. Éste diciembre también es festivo por otros acontecimientos que llegaron para quedarse.

 

Por éstos días aún no terminaron las fiestas de egresados, continúan las juntadas con amigos de esos que tienen el rótulo De Amigos de la Vida y con compañeros de trabajo.

Diciembre es todo celebración. Celebrar: festejar, agasajar, congratular. Cosas positivas, sinónimos de felicidad que, sin embargo, se desvirtúan.

 

Mirá, si de andar sobre ruedas se trata, hay una combinación fatal: ingesta de alcohol y velocidad. Vamos por parte. Es obvio que, a determinadas comidas se las acompaña con alcohol. Además del sabor, elegimos el vino que es parte de nuestra cultura, de modo tal que alguno debe sacrificarse para manejar (Eso del Conductor Designado). Si no fuera posible, siempre hay taxis y remises para volver. Además, las distancias no son tan largas como para no desandarlas caminando.

 

Mirá. De última (puede haber previsibilidad pero la vida no es perfecta) si se tomó e indefectiblemente se tiene que conducir, hay que hacerlo despacio. A paso de hombre. El cóctel de velocidad y alcohol tiene costos muy dolorosos; mutila, mata. Esa es la realidad. Lo hace con cualquiera de nosotros (¿Por qué nos creemos inmunes?) y, por nuestra irresponsabilidad, con otros. Si es así, quedará grabado de por vida en la conciencia (Todos la tenemos). Pero, para no ser tan fatalistas, tan trágicos, también son un verdadero problema las multas (muy onerosas por exceso de alcohol en sangre), secuestro de vehículo, lo que se puede dejar de ganar por una convalecencia, los costos de daños materiales, etc.

Si; definitivamente diciembre es un mes de festejos y despedidas. Hacé todo lo posible porque no te despida.

¡Feliz Navidad!

Por Roberto A. Bravo