Quizá sea cierto, como dice la canción de Vinicius, que la tristeza nâo tem fim, pero hemos descubierto que ¡se recicla! Al menos eso nos dijo nuestra amiga Claudia Korol, quien nos pasó una receta:
Es recomendable para empezar, que la tristeza no sea descartada en un mismo recipiente, con otros sentimientos parecidos pero materialmente diferentes, como el dolor o la melancolía. Hay que saber que la tristeza, demasiado tiene con su propia suerte como para cargar con la suerte de otros y otras.
Es conveniente, para continuar, que depositemos la tristeza, amorosamente, en un recipiente suficientemente ancho, como para que no se sienta comprimida, reprimida, ni compactada. Hay que cuidar en todo momento, que la tristeza pura, la pura tristeza, tenga un espacio amplio donde desplegarse con libertad.
Para más instrucciones, escuchar el capítulo 112 de la Juana Pimienta, como siempre, regadito de buenas músicas y mucha poesía.
Podcast: Bajar
Suscribirse en Spotify | ¿Qué es Nacional Podcasts?
Etiquetas: Juana Pimienta, Liliana Daunes