River Plate se bajó del tren que conduce a la pelea por el campeonato de la Liga Profesional y además fue alcanzado por Talleres, de Córdoba, en el tercer escalón de la Tabla Anual, tras una noche para el olvido en Mendoza, con incidentes incluidos, y donde el recién llegado a primera división Independiente Rivadavia lo derrotó justicieramente por 2 a 1, cuando restan cuatro jornadas para la finalización del certamen.
Informe: Fabian Codevilla
La victoria previa de Talleres sobre Sarmiento obligaba aun más a River a ganar en Mendoza para emparejarlo en la cuarta ubicación del campeonato y de paso mantener los tres puntos de ventaja sobre los cordobeses en la Tabla Anual.
Sin embargo, apenas en el amanecer del partido apareció justamente un ex Boca Juniors como Sebastián Villa para ejercitar su característica diagonal de izquierda a derecha y su latigazo calibrado con el pie diestro para hacer estéril el vuelo de Franco Armani y así poner prematuramente en ventaja a la “Lepra” mendocina.
Sin ningún zurdo entre los 11 titulares, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo no tenía sorpresa ni desborde, y cuando después del cuarto de hora se hizo dueño del balón, nunca tuvo claridad como para infiltrarse en la última línea local, a no ser por algunos centros forzados que llegaban desde la izquierda por las proyecciones de un diestro como Milton Casco.
Y en una de esas acciones justamente gestada por Casco llegó un centro que apenas alcanzó a peinar Pablo Solari pero el balón pegó en el brazo derecho del fornido zaguero central Sheyko Studer e inmediatamente el árbitro Nazareno Arasa sancionó penal.
Sin embargo, VAR mediante el árbitro debió corregir esa decisión ya que al momento de partir el balón en el centro desde la izquierda, Solari estaba en posición adelantada.
Pero todos iban a tener revancha poco antes de los 40 minutos, cuando otro remate frontal volvió a dar en ese brazo derecho de Studer, lo que derivó nuevamente en otro penal sancionado por Arasa que lo obligó a recurrir al monitor para convalidarlo ante el llamado del VAR.
En esta oportunidad sí Arasa revalidó su decisión y la pena máxima fue ejecutada por Facundo Colidio, el acompañante de Solari en la dupla de ataque, relegando nuevamente al colombiano Miguel Borja al banco de suplentes.
Borja recién iba a ver acción sobre el cuarto de hora del complemento, cuando lentamente ya Franco Armani empezaba a convertirse en figura de su equipo con dos tapadas a mano izquierda, abajo, ante Luis Sequeira y Diego Tonetto.
Es que los dirigidos por Alfredo Berti fueron convirtiéndose paulatinamente en los dueños del desarrollo para generar el enojo de Gallardo con los suyos, por lo que empezó a buscar revulsivos en el banco, incluyendo el retorno después de una luxación en el hombro izquierdo que lo mantuvo al margen del equipo desde el 24 de agosto.
Pero ni él, ni tampoco Franco Mastantuono y el “Pity” Gonzalo Martínez por caso, encontraron esas vertientes que el “Muñeco” pretendía con sus ingresos.
Y mientras esto ocurría, Independiente Rivadavia seguía sacudiendo la última línea riverplatense con los embates de Villa y Victorio Ramis, sus dos delanteros de punta que por momentos resultaron muy difíciles de contener para los defensores “millonarios”, sobre todo el colombiano.
Y en el cuarto minuto de descuento el local se pudo quedar con los tres puntos cuando dos ingresados en el complemento se integraron en la misma acción y el centro de Luciano Gómez desde la derecha fue conectado de zurda en la izquierda por Gonzalo Ríos, pero otra vez apareció Armani, esta vez con el brazo derecho, para desbaratar la última chance de los locales, que contaron justamente con dos ex River Plate como el arquero Ezequiel Centurión (está a préstamo hasta fines del año que viene) y el lateral derecho Luciano Abecassis.
Después pasaron otros cinco minutos más para completar los nueve de descuento que dio Arasa, pero a pesar de que eran los mendocinos los que pedían el final, justamente sobre el noveno el que quería más, el “xeneize” Villa, desbordó por izquierda una vez más a Federico Gattoni, que había quedado sobre el lateral derecho tras la salida de Fabricio Bustos para que ingresara un delantero como Adam Bareiro (dos ex San Lorenzo), y lanzó un centro atrás que fue conectado de frente por el ingresado Ezequiel Ham, el volante del seleccionado de Siria que le otorgó el triunfo a los cuyanos.
Y eso del pasado boquense de Villa se hizo explícito después por algo que le dijo el colombiano al banco riverplatense, lo que generó un enfrentamiento entre jugadores de ambos equipos porque Arasa dio por finalizado el encuentro inmediatamente después del gol.
Inclusive “Pity” Martínez fue a buscarlo a las escalinatas de acceso a los vestuarios a Villa, condenado en Argentina por violencia de género, pero se resbaló y no alcanzó su cometido que era agredir al colombiano, que estaba de espaldas.
Mientras tanto, a un costado del campo la gente de seguridad de River se peleaba a los golpes con auxiliares de Independiente Rivadavia.
Pero después llegaron los festejos de los locales, que de locales empataron con Boca y ahora le ganaron a River, en su estreno en primera división. Y para River quedó la gran frustración de haberse prácticamente bajado de la pelea por el campeonato pero, y no es menor, además ser alcanzado por Talleres en el tercer escalón de la Tabla Anual.
Al final del partido el presidente de Independiente Rivadavia, Daniel Vila, acusó “a la seguridad y los jugadores de River” de provocar los incidentes del epílogo.
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