Es probable que recordemos a RoboBee, el robot insecto. Ahora, su sucesor -mejorado-, RoboFly, se presenta como un robot en miniatura que puede volar gracias al láser. No necesita de baterías ni cables como su predecesor. Este minidron inalámbrico con la forma y el tamaño de una abeja, extrae su energía de los impulsos lumínicos de un láser.
Los robots voladores del tamaño de un insecto, como RoboFly, podrían ayudar con tareas como inspeccionar el crecimiento de los cultivos en las granjas o detectar fugas de gas. Estos robots vuelan con alas diminutas ya que son demasiado pequeños para usar hélices (como las que vemos en sus primos los drones más grandes). Eso sí, este pequeño tamaño es toda una ventaja: estos robots son baratos de fabricar y pueden deslizarse fácilmente en lugares estrechos que son inaccesibles para los drones de mayor tamaño.
Lo interesante de RoboFly es además que no necesitas cables, sino que una pequeña IA que le dice a las alas cuándo deben moverse. Aunque parezca una nimiedad se trata de un salto gigantesco para los robots. El insecto robótico utiliza un pequeño circuito a bordo que convierte la energía del láser en suficiente electricidad para hacer funcionar sus alas.