La Travesía de la milonga que va de jornalero en jornalero, de esquila en esquila, de fogón en fogón.
El fluir del río Limay y su soledades musicales entre la cordillera y el océano.
La memoria sonora en la rogativa del Loncomeo.
La biografía hecha canción de la Pasto Verde y la del piñonero.
El sabor del mate de cedrón, el pan recién salido del horno de barro; el himno a Quimey Neuquén, el manifiesto de raza en Amutuy Soledad.
Todas estas canciones, fueron creadas y cantadas por los Berbel, cartógrafos culturales de la Patagonia y su gente, que tuvo en Marcelo Berbel su piedra fundamental.
Un poeta deja de ser sólo un hombre cuando su obra se hace paisaje de pueblo, cuando sus versos dejan de ser oraciones y pasan a ser espejos, puertas, horizontes.
Las palabras de Marcelo Berbel dejaron de ser un conjunto de letras para pasar a ser cóndores, piñoneros, décimas para el puestero.
AUTOR: PEDRO PATZER
LOCUCIÓN: S. M. TOVARICH
EDICIÓN ARTÍSTICA: FERNANDO SALVATTORI
PRODUCCIÓN: ALEJANDRO CAROSELLA / FABIANA ÁLVAREZ
DIRECCIÓN ARTÍSTICA: MARCELO SIMÓN
Etiquetas: Hermanos Berbel, Salamancas y caminos