En una línea similar a lo que sucedió en el Hospital Otamendi, en el sanatorio San Bernardo (Salta) se conoció que en septiembre de 2020 la familia de un paciente de 62 años pidió que se le brinde dióxido de cloro y Justicia lo rechazó.
“El señor tenía una infección generalizada y grave; estaba inconsciente desde el primer momento y nunca presentó coronavirus. Se le brindó antibióticos para lo que tenía y después de 70 días de recibir los medicamentos se recuperó y fue dado de alta”, contó el abogado del centro de salud, Nicolás Salazar, y agregó: “La ciencia le salvó la vida”.
Sin embargo, mientras estuvo enfermo e internado, los familiares acudieron a los profesionales para que se le brinde dióxido de cloro para curarlo. “Presentaban artículos de internet de un alemán y no tenían ninguna indicación médica. Esa es la principal diferencia con el caso de Otamendi y es lo que tuvo en cuenta la Justicia”, explicó.
En el Hospital San Bernardo pidieron la intervención del equipo de ética y de los médicos que trataban al paciente y concluyeron que el requerimiento no se podía aceptar por cuestiones morales y judiciales. “No podemos brindar algo nocivo y tóxico”, reveló Salazar.
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