El saldo más positivo que había dejado el viaje de Colón a Mar del Plata fue el libreto definido que implementó en cancha. Un camino que no pudo volver a desandar ante los suplentes de Banfield. El Sabalero fue superado por un conjunto alternativo que desnudó falencias que parecían superadas en la pretemporada. A pesar de esto, el equipo de Montero pudo ganarlo en el tramo final con cuatro opciones de gol que no aprovechó.
La historia podría haber terminado en derrota o también en triunfo, si cualquiera de los dos hubiese sacado mejor rédito de las acciones de peligro que generó. Pero más allá del resultado, quedó una deuda por saldar con el juego del rojinegro. Porque Banfield presentó un equipo plagado de juveniles sin minutos en primera y suplentes con poco rodaje. Ese detalle no puede ser pasado por alto. Colón estaba mejor capacitado para imponer condiciones. Sin embargo, fue el Taladro quien dominó la mayor parte el encuentro.
El primer tiempo se jugó al ritmo de Bertolo. Con una deficiencia física visible, pero con la calidad intacta, el volante ofensivo manejó los hilos de la izquierda al medio y se convirtió en un problema sin solución.
Broun fue el responsable de tapar dos mano a mano, y la impericia de los jugadores banfileños en dos cabezazos claros pero desviados colaboraron para que Colón se fuera al descanso superado en el trámite pero igualado con su rival en la chapa.
En el complemento las acciones se emparejaron, Banfield se fue desinflando y el cuadro santafesino tardó hasta los veinte minutos para asumir el rol que le correspondía desde el arranque. Sin claridad en la circulación, sin juego asociado, el sabalero apostó por el ataque abierto por las bandas y el centro rápido al área. Lo buscaron tarde en el partido a Blanco, pero el Zungui respondió. Género dos acciones de peligro que podrían haber significado la victoria. Una la tapó Navarro, mientras que en la otra el arquero no pudo y fue Sporle el que llegó con lo justo para sacarla en la línea. De allí al final, Colón tuco un par más pero no supo resolverlas.
La cosecha de puntos (4 de 6) en un arranque que marcaba dos presentaciones como visitante es positiva. De todas formas, en el balance de los 180 minutos contra dos rivales menores, el balance no es bueno. Son más las sombras que las luces y aquel buen comienzo ante Aldosivi queda en anécdota cuando luego se extendió por más tiempo un rendimiento con puntos individuales bajos y una actuación colectiva muy discreta.
Luego de las primeras dos fechas, la tabla le da la mano y el juego le da la espalda a Colón. Un llamado de atención teniendo en cuenta que el viernes la vara estará más alta cuando debute como local contra un buen equipo como Talleres.
Diego Terenciani