Solos y de noche. El viejo chamán, a través de sus Fundamentalistas, convocó a su tribu fiel una vez más, redefiniendo aquel axioma ricotero. Dándole un nuevo sentido en medio de esta segunda ola que amenaza con cubrir de incertidumbre, dolor y miseria todo lo que encuentre a su paso. Solos y de noche, sí. Con la música como salvadora. Una noche diferente pero parecida en algún punto a tantas otras noches que llevaron la mística redonda a límites insospechados. Cada uno en su casa, frente a la tele, el celular, la computadora. Solos y de noche, al fin, en un ritual extraño, un pogo virtual necesario y catártico que sirvió para ahuyentar fantasmas. Para unir a pesar de la pandemia. Para estar cerca, sorteando la virtualidad, la distancia y la muerte.
Burlando la inoperancia del servicio de entradas online y liberando el show para que todos puedan verlo, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado le hicieron un guiño cómplice al espíritu independiente de Patricio Rey. Armaron una presentación impecable, con una lista que se sostuvo sobre el formidable andamiaje provisto por la obra ricotera, apelando también a algunas perlas de la trayectoria solista de un Indio que brilló por su ausencia. Que sobrevoló las ruinas de Epecuén en espíritu e imagen mientras su banda recreaba con la mayor fidelidad posible aquellas canciones que lo convirtieron en uno de los mayores ídolos populares argentinos.
El momento mas conmovedor, en una noche que tuvo la emoción como norte desde el primer acorde, fue cuando, de impecable traje y con un fondo negro a sus espaldas, Solari apareció en las pantallas para ponerle su voz a dos nuevas canciones: Las ventajas de rezar solo y Encuentro con un ángel amateur. Para un artista que tuvo al misterio como uno de sus principales aliados, la letra de esta última evade toda especulación, suena a memoria y balance. A despedida.
Esta presentación de los Fundamentalistas puede leerse también como un cambio de mando. El líder pasando el testigo a sus sucesores, los custodios del legado. Los encargados junto al público de mantener con vida a esa entidad llamada Patricio Rey. Un asunto que está, desde ahora y para siempre, en sus manos.
Fernando Cárdenas