Entrevista a Darío Pignotti PANORAMA NACIONAL

Sudamérica buscará un nuevo mecanismo de integración regional

Desde Brasil, el periodista de Página 12 en ese país compartió los ejes centrales que dejó la Cumbre de Presidentes Sudamericanos celebrada ayer en el Palacio de Itamaraty, convocada por el anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, como parte de los esfuerzos para revivir la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). “Doce gobiernos convocados hicieron algo que no sucedía desde hace seis años: que se hable en español en la sede de la Cancillería brasileña”, señaló en referencia a la ruptura que implicó la gestión de Jair Bolsonaro.

Darío Pignotti enumeró las claves del encuentro de relanzamiento de la integración regional que concluyó con la firma del Consenso de Brasilia -la declaración final de nueve puntos- que no pudo incluir a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) como foro mayoritario para esas metas porque cinco países no adhirieron nuevamente al mecanismo.

“La defensa de la democracia y la advertencia hacia los riesgos del autoritarismo e instalación de gobiernos que rompan con el orden democrático, la reincorporación de Venezuela al sistema de relaciones regional y el inicio del camino al comercio regional en monedas locales”, citó entre los ejes importantes consensuados.

Por otro lado, el periodista identificó como “la voz disonante” del encuentro al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y se refirió a los cuestionamientos de los mandatarios de Paraguay, Chile y Ecuador.

Presidentes de once países de América del Sur acordaron conformar un grupo para evaluar cuál es el mejor mecanismo para la integración de la región, como paso previo a lograr de la región un área de libre comercio y de defensa de los derechos humanos y la paz.

Así lo definieron en un encuentro con el que Brasil retomó la iniciativa política y que marcó la vuelta de Venezuela a los foros continentales, pero que tuvo notas discordantes en las posturas de Uruguay y Chile.

El texto ratifica que la integración regional “debe ser parte de las soluciones para afrontar los desafíos compartidos en la construcción de un mundo pacífico; el fortalecimiento de la democracia; la promoción del desarrollo económico y social; y la lucha contra la pobreza, el hambre y todas las formas de desigualdad y discriminación”.

Además, apuesta a la misma integración para conseguir “la promoción de la igualdad de género; la gestión ordenada, segura y regular de migraciones; el enfrentamiento al cambio climático, incluso por medio de mecanismos innovadores de financiamiento de la acción climática, entre los cuales podría considerarse el canje, por parte de países desarrollados, de deuda por acción climática”.

Otro de los puntos, objetado por Uruguay por sus críticas a Venezuela, resalta “la visión común de que América del Sur constituye una región de paz y cooperación, basada en el diálogo y el respeto a la diversidad de los pueblos, comprometida con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos”.

En el Palacio de Itamaraty de Brasilia y con agenda abierta discutieron durante varias horas el anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, y sus pares Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador), Irfaan Ali (Guyana), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Chan Santokhi (Surinam), Luis Lacalle Pou (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela).

La presidenta de Perú, Dina Boluarte, impedida constitucionalmente de asistir a la cumbre, fue representada por el titular del Consejo de Ministros, Alberto Otárola.

La declaración final compromete a los mandatarios a “trabajar por el incremento del comercio y de las inversiones entre los países de la región; la mejora de la infraestructura y logística; el fortalecimiento de las cadenas de valor regionales; la aplicación de medidas de facilitación del comercio e integración financiera; la superación de las asimetrías; y la eliminación de medidas unilaterales”.

Subrayaron “la importancia de mantener el diálogo regular, con miras a impulsar el proceso de integración en América del Sur y proyectar la voz de la región en el mundo”.

Ante la negativa de algunos asistentes a revitalizar la Unasur, acordaron “establecer un grupo de contacto, encabezado por los cancilleres, para evaluación de las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración y la elaboración de una hoja de ruta para la integración de América del Sur”.

En su discurso, Lula había hecho una defensa de la Unasur -a la que propuso “revivir”- e instado a trabajar para crear unidades monetarias para comercializar sin depender del dólar.

"Debemos profundizar nuestra identidad sudamericana también en el ámbito monetario a través de mecanismos de compensación más eficientes y la creación de una unidad de referencia común para el comercio, reduciendo la dependencia de monedas extrarregionales", aseguró Lula en su discurso de apertura.

"Ningún país por sí tendrá la fortaleza de enfrentar los retos de la geopolítica y la economía mundial actual", agregó

Fernández, por su parte, celebró la decisión de su par brasileño de convocar a una cumbre "para integrar la región" y, citando a Néstor Kirchner, afirmó que "los nuevos problemas requieren nuevas soluciones".

"Como dijo Néstor Kirchner, los viejos moldes se han roto y los nuevos problemas requieren nuevas soluciones. Celebro la iniciativa del presidente de Brasil, de impulsar este encuentro que une a los presidentes de América del Sur para integrar a la región", destacó el Jefe de Estado.

Panorama Nacional, lunes a viernes de 6.00 a 7.00.