Mil Gracias recibió a Constanza Orbaiz, una joven de 34 años, quien sufrió una parálisis cerebral al nacer que le afectó sus capacidades motrices. Convivir con la parálisis no le impidió a Constanza desarrollar una vida plena, recibirse de psicopedagoga y trabajar en un colegio ayudando a niños con problemas neuromotrices durante el aprendizaje escolar. Orbaiz consideró que “tener una infancia lúdica es sagrado” y destacó la importancia de los apoyos en el desarrollo de las personas con capacidades diferentes: “la mirada del otro te potencia”.
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