Uno de los grandes problemas que tiene la gente que acude a un gimnasio y realiza ejercicios, es que luego presentan fuertes dolores musculares, los que no suelen ser ocasionados por la rutina en sí. “Terminamos la rutina y sí o sí deben haber 15 minutos de elongación. Es súper importante porque los músculos están cortos porque están inflamados y con mucha sangre. Lo que tenemos que hacer es que esa sangre empiece a correr. Por eso, muchas veces cuando salís del gimnasio apurado y te vas a hacer otra cosa te pega el tirón y te duele, pero no es por el ejercicio en sí sino porque no hubo una buena elongación. Una vez que elongamos la sangre comienza a circular otra vez, los tendones se vuelven a dilatar y al otro día vas a estar mucho mejor y sin la dureza con la que se suelen levantar algunas personas”, recomendó la profesora Vanesa Ibarra.
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