"Batallador, vehemente, defensor que supo utilizar provechosamente la fama de rudo para ganar duelos con extremos más habilidosos y veloces que él". Así lo definió Julio Macías, en su libro Quién es quién en la Selección Argentina, a Vicente Alberto Pernía, ex jugador de Estudiantes y Boca, considerado uno de los mejores marcadores de punta de la historia del fútbol argentino.
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En tiempos de un fútbol confuso, el campeón de América y del Mundo con el Xeneize reivindica la importancia de la parte física en este deporte y afirma que "los grandes equipos son en base a trabajo y conceptos tácticos que después puedan desarrollar".
"Una vez Riquelme dijo que en el fútbol lo más fácil es correr. Y yo dije no parecía que fuera tan fácil, porque yo no lo veía correr", recuerda, y reflexiona sobre el actual vicepresidente de Boca: "Si hubiera corrido un 20% más de lo que corría, hubiera rendido un 20% más de lo que rendía".
A modo de conclusión, asevera: "La parte física no hay que descuidarla nunca. Si uno está en la Primera de Boca, River o Racing, está porque tiene condiciones, tanto para marcar como para jugar, y las dos son difíciles. Es tan difícil marcar muy bien como también jugar muy bien".
"El mejor jugador que yo vi en mi vida es Franco Baresi. Tiempista, cerraba, ordenaba al equipo, hacía goles... un jugador excepcional"
Tomando conceptos de Roberto Perfumo, un defensor de la defensa, el Tano sostiene que la columna vertebral de un equipo se sustenta en cinco puestos clave -el arquero, los dos marcadores de punta, el cinco y el nueve-, y cuestiona a quienes "minimizan" el rol de aquellos que ocupan la zaga de un equipo: "El día que los relatores griten un gol que un defensor salve, un defensor va a valer lo mismo que un delantero".
Su etapa en Boca
Pernía jugo en Boca entre 1973 y 1981, pero en esos 8 años hubo un entrenador que lo marcó: Juan Carlos Lorenzo. "Me enseñó mucho de ser profesional, buen compañero, de no fallarle al cuerpo técnico, a los compañeros, cómo cuidarnos. Nos hizo sentir lo que representábamos en Boca", expresa, y remarca: "Ganamos las cosas que Boca no había ganado nunca".
"Prioricé el respeto por la gente. Cualquier hincha hace esfuerzos para ir a la cancha el domingo, no lo podés defraudar no poniendo y no corriendo. vos podés jugar partidos mal, pero tenés que dejar todo, y con más razón con la camiseta de Boca"
En esa línea, lamenta que, a veces, no se le de el valor que corresponde a ese equipo: "Pareciera que las únicas copas que valen son las de (Carlos) Bianchi, de quien soy fanático, y del grupo que ganó todo. Pero lo de Lorenzo fue una enseñanza muy grande. Sabía cómo había que trabajar, y no estaba para nada equivocado".
Luego de poner punto final a su carrera, en 1982, Pernía se dedicó al automovilismo. Y, para sorpresa de muchos, afirma que se sintió "mejor piloto que jugador".
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