Un grupo de mujeres de la ciudad bonaerense de Mercedes reclamaron a través de una solicitud al Concejo Deliberante que se retire de una calle mercedina el nombre del cura Héctor Cuchietti, a quien acusan de haber abusado sexualmente de ellas en los años 70 y 80.
"A pesar de que el cura murió en 2012 totalmente impune, la comunidad mercedina lo siguió homenajeando, a tal punto que en 2017 le pusieron el nombre de él a una calle", dijo a Télam en representación de las víctimas Mariana, quien vive en Buenos Aires desde 1984.
El tramo de la calle 114 entre 13 y 19 con el nombre de Cuchietti fue una propuesta de la comunidad educativa del Instituto Parroquial Padre Ansaldo que se concretó en 2017 mediante la ordenanza N° 739/17.
En el frente también se colocó una placa recordatoria del cura, quien falleció en abril de 2012 a los 83 años en La Pampa donde se radicó a fines de la década del 80.
"Él confesaba antes de la misa en un confesionario de la iglesia catedral de Mercedes que estaba más alejado de la entrada y allí a los niños y a las niñas nos hacía pasar por el frente, no por el costado como a los adultos. Nos hacía arrodillar entre sus piernas, nos agarraba las manos y nos obligaba a tocarlo, se masturbaba con nuestras manos", relató Mariana.
Contó que sufrió esa situación una vez cuando tenía 12 años y que en ese momento al mismo tiempo que se asustó, se dio cuenta de "que era algo que no estaba bien".
"No se lo conté a nadie, ni siquiera podía ponerlo en palabras", afirmó y manifestó que recién "cuando tenía 18 años" pudo relatar lo sucedido.
El pedido fue presentado ante el Concejo Deliberante el pasado 25 de febrero y tiene previsto ser tratado el próximo martes 9 de marzo.
El sacerdote también está señalado de persecución ideológica: "Buscando todo tipo de información para comprender su accionar; encontramos en los registros de diarios locales solicitadas de 1975 que pedían la reincorporación de los profesores que dejaron cesantes por sus ideas políticas en instituto Parroquial que él dirigía y hoy nos pusimos en contacto con testimonios actuales sobre esto".
En el texto se afirma que "en esta situación de sometimiento y de poder que ejercía sobre nosotras siendo niñas, solía además preguntar sobre la actividad de nuestros padres, en plena época de la dictadura militar, con el claro propósito de obtener información".
"Cucchietti formaba parte del grupo de personas en nuestra ciudad que operaban como agentes de inteligencia en la dictadura", subraya la solicitud.
En el Concejo Deliberante –continúo Mariana- "entregamos la denuncia de reparación pidiendo que se saque el nombre de la calle" que fue posible gracias a un proyecto que presentó el colegio.
Las víctimas también presentaron la iniciativa ante el Episcopado de Mercedes al que le pidieron que se haga pública la denuncia y recuerden a la comunidad que el Instituto Padre Ansaldo, dependiente de la Curia, fue dirigido por un abusador.
"Nos parece deshonesto que padres lleven a sus hijos a un colegio donde hay colgado el cuadro de un abusador", agregó Mariana.
"Después de lo que nos tocó vivir, como desfilar frente a Videla (oriundo de Mercedes) con todas las escuelas de la ciudad, que en 2017 sigan insistiendo en homenajear a un abusador y delator nos parece mucho", sostuvo.
En mayo de 2017 se creó el Consejo Pastoral para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables, para prevención de abusos sexuales y la protección y acompañamiento de víctimas en el ámbito eclesiástico, y en 2019 el papa Francisco abolió el secreto pontificio para casos de abuso sexual en el clero, que existía desde el 1972.
Por su parte, Marcela, docente jubilada radicada en Mercedes, explicó que "estas decisiones de la Iglesia nos animaron a denunciar la situación de abuso que vivimos en nuestra infancia en la ciudad de Mercedes".
"La nueva ley prohíbe que las víctimas sean obligadas a callar y hoy sentimos que nuestras voces son escuchadas", expresó y añadió que "en la reunión del pasado jueves 18 de febrero, con la Comisión local nos sentimos apoyadas y acompañadas en este pedido por el Padre Daniel Guerra, el abogado Rodrigo Massa y Ana Salgado, colaboradora; ellos nos alentaron a continuar por las vías que consideremos oportunas para la reparación y se pusieron a total disposición nuestra".
Para Mariana, "las mujeres aprendimos a poner en palabras algo que antes por represión y falta de educación sexual, no éramos capaces de decir; hoy podemos hablar. Cómo le íbamos a contar siquiera a una amiga lo que nos había sucedido, si en nuestro léxico no existía la palabra abuso o masturbación, no encontrábamos la forma de expresarlo".
La iniciativa resalta que quienes realizaron la presentación a las autoridades representan "a mujeres que aún no han podido hablar, como también a aquellas que sí lo han hecho pero nos han pedido permanecer anónimas por temor a que la sociedad mercedina las revictimice o cuestione su decisión de contar la verdad".
Firmaron el pedido Mariana Cáceres, Marcela Brown, Silvina Lombardo, Ana María Jeannoteguy, y Liliana Álvarez.