Hoy se cumplen 40 años del inicio de la guerra de Malvinas, cuando tropas argentinas desembarcaron en Puerto Argentino para recuperar las Islas usurpadas por el Reino Unido desde 1833.
Así comenzó un conflicto bélico de poco más de dos meses que finalizó con la rendición de las fuerzas argentinas.
Esta derrota propició la caída de la dictadura militar que gobernaba el país desde 1976 y allanó el camino hacia la restauración de la democracia en 1983.
La Argentina desde entonces viene reclamando en todos los foros internacionales la reanudación del diálogo con el Reino Unido sobre la soberanía del archipiélago en el Atlántico Sur.
Vale recordar que la resolución 2065 de Naciones Unidas reconoce la existencia de un diferendo por Malvinas e insta a Buenos Aires y a Londres a negociar una solución.
La guerra de 1982 dejó un saldo de 649 soldados argentinos fallecidos.
Más de 300 de esas bajas son víctimas del hundimiento del Crucero General Belgrano, torpedeado por un submarino británico fuera de la zona de exclusión.
En el marco del 40º aniversario del desembarco en las Islas, se realizó anoche la tradicional vigilia de los ex combatientes, en la que esperan la llegada del 2 de abril.
Las vigilias se llevan a cabo en todo el país, pero la central es en Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego, jurisdicción a la que pertenecen las Malvinas.
Además, Río Grande es el punto más cercano del continente al archipiélago, separados por una distancia de 600 kilómetros.
En la ceremonia de anoche se produjo además un reencuentro de los veteranos tras dos años de restricciones y actividades virtuales por la pandemia de coronavirus.
Una multitud participó de la conmemoración en el extremo sur de la Argentina, a orillas del mar argentino, en una noche gélida con temperaturas que rondaron los 3 grados.
En representación del gobierno nacional estuvieron en Río Grande los ministros de Defensa, Jorge Taiana, y de Salud, Carla Vizzotti.
También asistió el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, y su par de Jujuy, Gerardo Morales, además de legisladores y dirigentes tanto del oficialismo como de la oposición.
La actividad comenzó a las 20 con una misa, seguida del ingreso de 40 antorchas, una por cada año que pasó desde la guerra, en homenaje a los caídos en combate.
Poco antes de las cero horas del 2 de abril se arrió la bandera argentina que flameó en el Monumento a los Héroes de Río Grande durante un año.
A la medianoche, en uno de los momentos más solemnes de la conmemoración, se izó una nueva bandera que permanecerá en el sitio hasta el próximo aniversario de la guerra, en 2023.
El pabellón nacional se elevó ante la mirada emocionada de los veteranos y el respeto de los asistentes, mientras todos entonaban la canción patriótica “Alta en el Cielo”.
“Es la bandera de la Patria mía, del sol nacida, que me ha dado Dios”, dice la letra de esta pieza de la ópera “Aurora”, del compositor argentino Héctor Panizza, estrenada en 1908.
Una vez que el paño llegó a la cima del mástil, los participantes de la vigilia cantaron el Himno Nacional Argentino.
En ese contexto, el titular del centro de veteranos de Río Grande, Raúl Villafañe, le dijo a la agencia Télam: “tras la pandemia a la gente le hacía falta la vigilia y que nos juntemos de vuelta".
Durante toda la noche, el público pasó por la Carpa de la Dignidad, un espacio en el que se exhiben fotografías, videos y objetos vinculados a la guerra.
Además, los asistentes pudieron conocer a los veteranos y escuchar sus historias de vida, sus recuerdos del conflicto y de sus compañeros caídos hace 40 años.
Otro de los excombatientes que pasó por Río Grande fue Aníbal Espósito, que participó de la Operación Rosario, el nombre en clave del desembarco en Puerto Argentino, el 2 de abril de 1982.
Espósito confesó a los medios: "cuesta pararse frente al monumento", en el que se exhibe uno de los vehículos anfibios que él mismo condujo hace cuatro décadas y que recibió disparos británicos.
Esta operación militar fue recreada en un simulacro como parte de la vigilia.
Durante la vigilia, el ministro Taiana expresó a la agencia de noticias estatal Télam: "pasó el tiempo en estos 40 años, pero no se reduce ni el sentimiento, ni la convicción, ni la emoción".